La Tempestad sobre Ultramar
RIS ID
80451
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Abstract
Tratándose de cuestiones humanas, descubrir es inventar: quien encuentra y muestra algo nuevo, a la vez interviene sobre la realidad y la transforma. Ahí está la historia de América para demostrar el íntimo vínculo semántico entre ambos verbos. Desde el parvulario escuchamos hasta el cansancio que dicho continente fue descubierto por Cristóbal Colón. Sin embargo, usualmente no enseñamos a las nuevas generaciones que este descubrimiento fue, al mismo tiempo, una invención. Semejante interpretación de los procesos de colonización -y posterior independencia- del continente americano no es precisamente popular: antes bien, resulta asaz dolorosa en ambos extremos del Atlántico. En una de sus orillas, empaña la gesta épica con la memoria de la violencia; en la otra, tiñe con la humillación y el dolor de los vencidos la construcción del proyecto americano entero (incluidas sus derivaciones contemporáneas). Pero lo cierto es que las civilizaciones prehispánicas fueron ajenas a la noción de lo americano. América nació, evolucionó y se volvió libre bajo la sombra de Europa: desde sus orígenes, los afanes y las rencillas del Viejo Mundo marcaron los destinos de “las islas y tierras firmes de la Mar Oceana” cuyo gobierno y riquezas los Reyes Católicos alevosamente prometieron compartir con Cristóbal Colón.
Publication Details
L. Gomez Romero, 'La Tempestad sobre Ultramar' (2010) November Fronterad Revista Digital 1-7.